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La historia de Toni: el equipo de atención para pacientes terminales es como una familia

 

En este video, Toni, paciente del centro de atención para pacientes terminales del Northwest, comparte cómo su equipo de cuidados para pacientes terminales la está ayudando a vivir cada momento con compasión y dignidad.

A Toni le habían diagnosticado cáncer de riñón y, a pesar de probar varias opciones de tratamiento, sentía mucho dolor.

"No podía sentarme, no podía caminar y la situación empeoraba cada vez más", dijo. Toni había sido ingresada en el hospital varias veces cuando los médicos finalmente le dijeron que no podían hacer nada más para ayudarla. En ese momento, pidió volver a casa. "No quiero terminar mi vida sufriendo así".

Toni había sido muy independiente toda su vida, pero ahora estaba preocupada. "Lo primero que pensé fue: 'No sé cómo voy a hacerlo sola'", dijo. "No tengo familia. No tengo a nadie que me cuide".

Su amiga Lynn había estado recibiendo servicios de atención para pacientes terminales y le recomendó que llamara a Hospice of the Northwest. Toni dijo: "Tengo a la mujer más maravillosa al otro lado de la línea telefónica. Era muy amable y era muy fácil hablar con ella".

Como a todos los pacientes de Hospice of the Northwest, a Toni se le asignó un equipo de atención especial. Los servicios de atención para pacientes terminales generalmente los brinda un equipo central que incluye un proveedor de atención para pacientes terminales, un enfermero certificado, un trabajador social y un consejero espiritual. Trabajan junto con el paciente para desarrollar un plan de atención integral e individualizado centrado en las necesidades y objetivos de la persona. Para Toni, esto significó agregar varios miembros más a su equipo de atención, incluido un CNA para ayudarla con el baño y el cuidado personal, un terapeuta de masajes para ayudarla con el dolor y la hinchazón en las piernas y un voluntario que la visita todas las semanas y ofrece conversación y compañía.

Una vez que recibió atención para pacientes terminales, el dolor de Toni comenzó a disminuir y pudo disfrutar de algunas de sus actividades favoritas, como trabajar en el jardín y caminar por el río cerca de su casa. "Es muy diferente de la medicina tradicional", dijo Toni sobre la atención para pacientes terminales. "Recibo toda la atención. Me siento más saludable de lo que me he sentido en años".

Los temores de Toni de quedarse sola también disminuyeron. "Ya no me siento así", dijo. "Tengo todo un equipo de personas que me apoyan. Y, con el tiempo, siento que se han convertido en una familia para mí".