Una bendición oculta

La historia de Julie en el Centro de maternidad familiar


A las 34 semanas de embarazo, Julie (Edwards) Farmer se preparaba para recibir el año nuevo 2018 en casa con su hijo de 11 años, Braeden. En lugar de ello, recorrieron la distancia de 40 minutos desde Concrete, WA hasta Mount Vernon, donde el equipo del Centro de maternidad familiar rápidamente respondió y preparó a Julie para un parto inesperado y prematuro. Julie había roto bolsa 6 semanas antes de su fecha de parto.

 

"Era una de las primeras vísperas de Año Nuevo en que Braeden era suficientemente grande como para permanecer despierto hasta la medianoche, y teníamos el plan de tirar algunos fuegos artificiales", dijo Julie. Recuerda haberle dicho a Braeden "lo siento, amiguito, tenemos que ir al hospital".

Esa noche, Julie y Braeden miraron los fuegos artificiales en el cielo de Mt. Vernon desde su habitación en el Centro de maternidad familiar. Aunque tenía un plan para el parto, la visión de Julie era muy diferente de lo que estaba viviendo.

Skagit Regional Health - Maternidad familiar - Historias de pacientes"Cambiar lo que tenía pensado para el parto fue difícil para mí", asegura. "Creo que todos tenemos miedo a lo desconocido, y los médicos fueron muy directos, no solo me dijeron qué esperar, sino también qué no esperar".

El bebé se dio vuelta por la noche y estaba de cola, lo que hizo que debieran practicarle una cesárea.

"Todo se ponía muy real, y ahí fue cuando me golpearon las emociones".

La enfermera que había estado con ella en la habitación se quedó a su lado en el quirófano, mientras el equipo preparaba a Julie para aplicarle la peridural que esperaba poder evitar.

"Empecé a llorar, mucho. La enfermera me abrazó, no me juzgaba, era muy comprensiva y abierta. Fue el apoyo que necesitaba", recuerda Julie. "Sentí su compasión y eso es algo que nunca olvidaré".

Julie describió su situación como una bendición oculta, ya que había un nudo en el cordón umbilical que hubiera causado graves complicaciones si el embarazo hubiera llegado a término.

El 2 de enero de 2018 nació Arabella, pesaba 4  libras y 5 onzas. Recuerda que muchos de sus médicos y enfermeros que trabajaban con Arabella la llamaban "rockstar".

"Honestamente, Arabella era increíble. Era prematura por seis semanas y no tenía la mayoría de los problemas que enfrentan los bebés prematuros", dijo Julie.

Frente a todas las dudas y desconocimiento de Julie, los médicos y cuidadores seguían comunicándose con ella con frecuencia, respondiendo sus preguntas o manteniéndola actualizada y preparada.

La beba de Julie"Eran muy claros y no me ocultaban ninguna información, y me daban la oportunidad de hacer preguntas y las respondían", comenta Julie.

Pasaba el personal de cada turno a lo largo de la estadía extendida de Julie y Arabella, pero la continuidad de su cuidado no se modificaba nunca.

"Una podía darse cuenta de que hablaban como equipo. Estaban al tanto de todo. Sabían qué pasaba. Tenían listo el plan de tratamiento para el día siguiente".

Cuánto permanecería Arabella en la Sala de Cuidados Especiales Neonatológicos era otra cosa que no se sabía. El equipo preparó a Julie para la posibilidad de que transcurrieran tres a seis semanas hasta que Arabella estuviera lista para ir a casa. Se programó el alta de Julie sin Arabella.

Sin embargo, Skagit Regional Health es uno de los pocos hospitales que ofrecen el programa de alojamiento para madres cuyos bebés están en la sala de cuidados especiales neonatológicos, en virtud del cual pueden permanecer en una habitación disponible por hasta una semana más.

"Pude quedarme en mi habitación y estar cerca de ella, el centro de maternidad es tan cómodo que se convirtió en mi hogar lejos de casa por ese tiempo", dijo Julie.

Arabella permaneció en una incubadora Isolette y siguió haciéndose fuerte y evolucionando, pero uno de los retos más grandes para un recién nacido es alimentarse.

"El único momento en el que podía salir [de la incubadora]  era para alimentarse. Por eso me ocupaba de estar siempre presente en ese momento, cada tres horas, incluso por las noches.

El equipo establecía metas de alimentación por día. Los bebés prematuros se cansan muy rápido y suelen no absorber todos los nutrientes que necesitan. Con la cantidad de cuidadores que trabajaban junto a Julie, había reunido una gran cantidad de consejos y trucos para lograr que la pequeña Arabella se alimentara satisfactoriamente.

"Cuando alcanzaba ciertos hitos o evitábamos la sonda, los médicos estaban tan entusiasmados como nosotros", recuerda Julie. "Quiero decir que éramos realmente un equipo. Había cohesión, fue increíble".

Cuando se aproximaba el final de la semana adicional, intervino la Skagit Regional Health Foundation con otra opción que permitiera a Julie permanecer cerca de Arabella. La fundación brinda apoyo a familias en la situación de Julie a través del acceso a alojamiento con descuento en Sunrise Inn, que está al lado del hospital.

Skagit Regional Health - Maternidad familiar - Historias de pacientes"Para cualquier mamá es difícil irse del hospital sin su bebé", comenta Julie. "Yo pude quedarme cerca, tener un lugar donde quedarme y estar en el hospital cada vez que le tocaba alimentarse. Fue un gran recurso y muy económico", continuó. "Me permitió poder manejar la situación".

El día doce, Sharon, la enfermera que había ubicado originalmente a Arabella en la incubadora Isolette, la retiró por última vez. Julie recuerda que Sharon dijo: "Hoy la desalojé. Vamos a ver cómo le va". Arabella, aunque era muy pequeñita, hizo honor a su identidad de "rockstar" y pudo volver a casa al día siguiente.

"Ahora, mirando fotos de aquel momento, realmente me conmueve ver lo pequeñita que era", dice Julie. "Estaba por debajo de todas las referencias de las tablas de crecimiento. Hace poco tuvo un pico de crecimiento grande y ahora está justo en el promedio. Ni siquiera se nota que nació prematura".

Aunque sigue habiendo algunas incógnitas, Julie y su equipo de cuidados están preparados para lo que le depare el destino a Arabella.

"Un nacimiento prematuro es un escenario difícil. Si una persona vive una situación en la que sabe que su hijo podría necesitar cuidados a largo plazo, la compasión y el apoyo el personal es fundamental para no dudar de ninguna decisión. Estoy muy agradecida por la atención que recibí en Skagit Valle Hospital".